Si existe un monosílabo tan poderoso como un sí o un no y es el de ex. También es un prefijo, pero la idea es la misma. En esa partícula diminuta se encierra toda clase de sensaciones, recuerdos y cargas emocionales. Un ex es alguien a quien siempre se le debe mirar desde adelante y a lo lejos, como algo pasado, apartado, superado. No siempre es así.

En ocasiones un ex es una materia pendiente, una meta inconclusa, la frustración de lo que pudo haber sido pero nunca llegó a ser. En otras, la mayor parte del tiempo, es simplemente una apuesta perdida que no quieres nombrar porque te recuerda lo que se dio, se mezquinó y lo que se ganó.

En estos días estuve evaluando mi prontuario sentimental y siendo breve está lleno de saldos negativos. Los pasivos me llevaron a la bancarrota afectiva. Sin embargo, no por ello voy a disuadirme a continuar invirtiendo mi tiempo/esfuerzo en compartir y continuar mi vida a encontrar la plenitud.

MOMENTO AUDIOVISUAL:

Hace unos meses atrás compilé una serie de canciones que servían a la perfección para socavar el recuerdo de un ex, los sentimientos que nunca perecieron y los que sí. Sinéad O'Connor, en el mejor momento interpretativo de su carrera, entrega una rendición intensa de este olvidado track del soberbio I Do Not Want What I Haven't Got de 1990

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